En los años de experiencia que tengo dando clases a chicos de nivel secundaria, he podido observar la necesidad que tienen de hallar a una persona de confianza a la que le puedan contar sus aflicciones o dudas, y así sentirse escuchados, sin ser criticados o enjuiciados. Lo natural sería que los padres prestaran oído atento a lo que sus hijos tienen que decir, sin embargo, la realidad es que la gran mayoría de los tutores se escandalizan por las confesiones de sus hijos, y al hacerlo, simple y llanamente cierran los canales de comunicación que pudieran tener con ellos.
El gran reto es escuchar con tranquilidad y sin criticarlos, por supuesto, sin dejar de lado la función paterna o materna de autoridad, aunque sabemos que es muy difícil porque escuchar cuestiones como: “papá tengo deseos sexuales” o “mamá me gustaría ir a fiestas con mis amigos” no suele ser agradable para los padres, pero basta que echen un vistazo a su propia adolescencia o juventud para recordar que también pasaron por las mismas inquietudes.
Por otro lado, considero que la función paterna o materna se aprende desde el propio nacimiento del padre o madre, es decir, “papá Rodrigo aprende a ser padre de su hijo Luis desde el momento mismo que papá Rodrigo nace y es educado por sus propios padres, la forma de educar es transgeneracional e invariablemente los patrones se repetirán.
¿Qué recomendaciones se pudieran llevar a la práctica para ser buenos padres? aquí recuperaría el término “madre suficientemente buena” que Winnicott estableció, y lo extrapolaría a los “padres suficientemente buenos”. No existen los padres perfectos, la meta es cumplir con lo esencial para ser un padre suficientemente bueno, y así seguir avanzando en nuestros aprendizajes como padres para el beneficio propio y de nuestros hijos.
No se trata únicamente de mandar al chico al psicólogo o psicoterapeuta, sino de crear un ambiente familiar de crecimiento con la finalidad de crear un ambiente sinérgico (o de acción conjunta), por qué de nada o de poco sirve que el chico avance en sus terapias sí al llegar a casa el ambiente lo sigue empujando a comportarse de la misma forma equivocada.
Finalmente, debo decir que los hijos muchas veces reflejan las situaciones emocionales no resueltas de los propios padres, entonces, sería buena idea que los padres también asistan a sus sesiones psicoterapéuticas, de lo contrario es como pedirle al hijo que deje de fumar cuando el mismo padre fuma, que dejen de ser groseros con sus mamás si el propio padre le grita a su esposa, se predica con el ejemplo, no únicamente con las palabras.
Quedo a sus ordenes para cualquier inquietud sobre lo aquí expuesto, no dude en hacer comentarios, para más información comuníquese al teléfono 2292035251 con el psicoterapeuta Yovanny Motolinía Oropeza, bonito día y gracias por su tiempo de lectura.
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